sábado, 13 de febrero de 2010

Bayamo


Escudo de la Ciudad de Bayamo y Bandera de Carlos Manuel de Céspedes, La Bandera de Bayamo.


“Bayamo”


“Bayamo ha sido siempre tierra de hombres rebeldes y ya existía antes de Colón venir a Cuba. Por eso, cuando Pánfilo de Narváez, al mando de sus flecheros, invade la región bayamesa, los taínos, provistos de sendas macanas y hachas de piedra, en medio de espantosa gritería, atacan al conquistador y le hieren de una pedrada. Diego Velázquez acude en auxilio de su lugarteniente, y luego de echar una mirada en torno a aquellos parajes, determina fundar allí la segunda población hispana en Cuba.


“Fue San Salvador de Bayamo, y se señala como exacta la fecha del 5 de noviembre de 1513. Velázquez, al fundar esta villa, lo urde, -según sus propias palabras-, "porque allí fueron libres los cristianos del cacique Hatuey, y con su muerte se aseguró y salvó mucha parte de la Isla". Nace, pues, Bayamo, de la derrota de Hatuey -nuestro primer libertador-, pero los gérmenes de la rebelión no mueren con él, y a través de los siglos la historia de Bayamo es un foco de rebeldías. Se le consideró "el pueblo más díscolo, inquieto y pleitista de toda la Isla y aún de América".


“Con respecto a su pasado hay diversas teorías. Hoy se acepta como la más seria la formulada por Roberto Mateizan y que otro versado en la materia, José Maceo Verdecia, acepta sin discusión. La misma se concreta en las cuatro conclusiones siguientes: 1) San Salvador fue fundado por Diego Velázquez en el lugar en que existe actualmente el poblado de Yara; 2) San Salvador de Bayamo está ubicado en el mismo asiento que ocupa el caserío indio de Bayamo; 3) El Yara aborigen estuvo en donde hoy existe el caserío Yara Arriba; y, 4) El cacique Hatuey fue quemado en el sitio que ocupa hoy el poblado de Yara y en el que fundó Velázquez la villa de San Salvador.


“En 1539, Bayamo, -que desde 1513 posee el título de Villa, y escudo desde el 17-, pasa a ser residencia del Gobernador de la Isla y en 1554, del Obispo de la Diócesis, en lo que años después oficiara el célebre fray Juan de las Cabezas Altamirano, eje de un hecho digno de relatar. Durante la colonia, esta región era un nido de contrabandistas y con frecuencia los piratas asaltaban los poblados. En una de estas incursiones piráticas, el famoso filibustero Girón, se apoderó, cuando pernoctaba cerca de Yara, del citado Obispo y de los dos sacerdotes que le acompañaban, Por el rescate de los prelados hubo que pagar mil cueros de toro, cien arrobas de tasajo fresco y doscientos ducados en oro. Poco después, en Manzanillo, moría el pirata Girón, en una sangrienta refriega, mantenida principalmente por bayameses. El secuestro del Obispo Altamirano inspiró a un poeta de la época, don Silvestre de Balboa, su "Espejo de la Paciencia", que se considera el primer poema escrito en Cuba. Además, la primera escuela pública establecida en la Isla (1571), fue en esta villa. Poco antes, en 1751 se había creado la Tenencia de Gobierno, con el capitán Juan de Tovar al frente, y su Casa Consistorial se edificó en 1757.

“A pesar del tiempo que llevaba de fundada, hasta 1808 no tuvieron lugar las primeras siembras de caña, añil, cacao y algodón. Sobre estos productos, Ricardo V. Rousset dice que la caña de azúcar podia competir con la de los mejores ingenios de la Isla; el café, el cacao y el algodón abrevian en estos terrenos su vegetación. Por su parte, el añil se cría silvestre, y al decir de los inteligentes, este cultivo vegetal es tan superior como el de Costa Firme y Guatemala. El maíz, las frutas y los tubérculos se logran con muy poco trabajo y los enjambres de colmenas se producen en abundancia, sacándose infinidad de arrobas de cera y botijas de miel. Tal calidad prolífica motivó que los vecinos, desafiando el yugo económico español, establecieran un comercio activo con navegantes extranjeros, el contrabando, fuente de enriquecimiento para los bayameses, que vendían, además de los productos mencionados, mucha carne ahumada y cueros salidos de su riqueza ganadera. Todo ello hizo que el comercio de este término fuera el más floreciente de la Isla en el siglo XVI, y principios del XVII. Pero tuvo su quiebra: el año 1616 una enorme barra de fango, que se formó en el curso del río Cauto, hizo paralizar por completo la navegación, decayendo el comercio de tal modo, que familias enteras emigraron hacia Santiago de Cuba y La Habana. Además de este infortunio, Bayamo ha sufrido cinco catástrofes de cierta consideración: el terremoto de 1551 que arruinó la iglesia parroquial, reconstruida de nuevo en 1613, sismo que se repetía once años después, destruyendo no sólo la parroquia, sino gran número de viviendas con las consiguientes víctimas. En 1729 se experimentó una seca de diez meses que causó innumerables perjuicios. Otro terremoto, el más intenso, tuvo lugar el año 1766, destruyendo 400 casas de las 700 que contaba la vieja villa. Y como final, mencionemos el incendio del 11 de enero de 1869, en que la ciudad, en uno de sus viriles gestos patrióticos, fue quemada por sus propios hijos, antes de entregarla a las tropas españolas. En recuerdo a este homenaje a la libertad, el año 1936 una ley del Congreso cubano declara a Bayamo "Monumento Nacional", acordándose restaurar y conservar sus sitios históricos.

“Los preparativos de la Revolución cubana del 68, aquí tuvieron lugar. Nadie discute que en Bayamo, centro principal de una extensa zona de ingenios y grandes haciendas, el ideal emancipador tuvo sus más gloriosos paladines y sus más eficaces sostenedores. Un rico terrateniente, Francico Vicente Aguilera; un maestro, Tomás Estrada Palma; tres abogados distinguidos, Francisco Maceo Osorio, Pedro Figueredo y Carlos Manuel de Céspedes, aunque radicado este último en Manzanillo, fraguaron el movimiento independentista que durante diez años mantuvo en raya al ejercito español. Además de estos cinco inmortales, Bayamo, que es cuna de nuestro Himno Nacional, cuenta entre sus hijos Ilustres a José Antonio Saco, Juan Clemente Zenea, José J. Palma, Tristán de Jesús Medina, Lucas del Castillo, el P. Diego Batista, José María Izaguirre y un centenar más que sobresalen en el campo de las letras y de las luchas patrias.


“Pasando al aspecto geográfico, el suelo de Bayamo se distingue por su condición llana, menos al sur, donde se elevan algunas estribaciones de la Sierra Maestra, como las montañas de Guisa y Bueycito. La costa, bañada por las aguas del seno de Guacanayabo, es pantanosa. Riegan sus tierras el Cauto, con algunos de sus afluentes: el Salado, el Bayamo, el Cautillo, el Mabay y otros. Sus fértiles campos producen caña de azúcar tabaco, maderas, café, cacao y patos para los diversos tipos de ganado. También se produce añil, cera y miel de abejas. Contribuyen mucho a su riqueza los centrales azucareros Río Cauto, Mabay, Sofía y Pennsylvania. Existen las minas de cobre de Guisa y de Manganeso en Bueycito. Son importantes las industrias de queso y mantequilla.

Nota aclaratoria. Este articulo fue escrito por La Revista Bohemia en el año 1948 y encontrado por mi en la página de Guije.com, hoy en día los barrios de Bayamo son otros, no se encuentran esas riquezas de las que se habla y ya los centrales azucareros no esisten, se estan callendo en pedasos.


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1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias, amigo Chuchi, por tu excelente brog sobre nuestra ciudad, he disfrutado mucho leyéndolo y recordando nuestra amada tierra. Un fuerte abrazo de. Ogsmande.