miércoles, 15 de abril de 2009

Los zapaticos de Rosa



Los zapaticos de Rosa. José Martí.

Hay sol bueno y mar de espumas,
Y arena fina, y Pilar
Quiere salir a estrenar
Su sombrerito de pluma.

_¡Vaya la niña divina!
Dice el padre, y le da un beso:
_Vaya mi pájaro preso
A buscarme arena fina.

_Yo voy con mi niña hermosa.
Le dijo la madre buena:
¡No te manches en la arena
Los zapaticos de rosa!

Fueron las dos al jardín
Por la calle del laurel:
La madre cogió un clavel
Y pilar cogió un jazmín.

Ella va de todo juego,
Con aro, y balde, y paleta:
El balde es color violeta,
El aro es color de fuego.

Vienen a verlas pasar:
Nadie quiere verlas ir:
La madre se echa a reír,
Y un viejo se echa a llorar.

El aire fresco despeina
A pilar, que viene y va
Muy oronda: _¡Di, mamá!
¿Tu sabes qué cosa es reina?.

Y por si vuelven de noche
De la orilla de la mar,
Para la madre y pilar
Manda luego el padre el coche.

Está la playa muy linda:
Todo el mundo está en la playa:
Lleva espejuelos el aya
De la francesa Florinda.

Está Alberto, el militar
Que salió en la procesión
Con tricornio y con bastón,
Echando un bote a la mar.

¡Y qué mala, Magdalena
Con tantas cintas y lazos,
A la muñeca sin brazos,
Enterrándola en la arena!.

Conversan allá en las sillas,
Sentadas con los señores,
Las señoras, como flores,
Debajo de las sombrillas.

Pero está con estos modos
Tan serios, muy triste el mar:
¡Lo alegre es allá, al doblar
En la barranca de todos!.

Dicen que suenan las olas
Mejor allá en la barranca,
Y que la arena es muy blanca
Donde están las niñas solas.

Pilar corre a su mamá:
_Mamá, yo voy a ser buena:
Déjeme ir sola a la arena:
Allá, tú me ves, allá!.

_¡Esta niña caprichosa!
No hay tarde que no me enojes:
Anda, pero no te mojes:
Los zapaticos de rosa.

Le llega a los pies la espuma:
Gritan alegres las dos:
Y se va, diciendo adiós,
La del sombrero de pluma.

¡Se va allá, donde ¡muy lejos!
Las aguas son más salobres
Donde se sientan los pobres,
Donde se sientan los viejos!.

Se fue la niña a jugar,
La espuma blanca bajó,
Y pasó el tiempo, y pasó
Un águila por el mar.

Y cuando el sol se ponía
Detrás de un monte dorado,
Un sombrerito callado
Por la arena venía.

Trabaja mucho, trabaja
Para andar: ¿qué es lo que tiene
Pilar que anda así, que viene así,
Con la cabecita baja?.

Bien sabe la madre hermosa
Por qué le cuesta andar:
_ ¿ Y los zapatos , Pilar,
Los zapaticos de rosa?.

¡Ah, loca!¿en dónde estarán?
¡Di donde, Pilar! _Señora,
Dice una mujer que llora:
¡Están conmigo: aquí están!.

Yo tengo una niña enferma
Que llora en el cuarto oscuro
Y la traigo al aire puro
A ver el sol, y a que duerma.

Anoche soñó, soñó
Con el cielo, y oyó un canto:
Me dio miedo, me dio espanto,
Y la traje, y se durmió.

Con sus dos brazos menudos
Estaba como abrazando;
Y yo mirando, mirando
Sus dos piececitos desnudos.

Me llegó al cuerpo la espuma.
Alce los ojos, y vi
Esta niña frente a mi
Con su sombrerito de pluma.

_¡Se parece a los retratos
Tu niña! dijo: ¿Es de cera?
¿Quiere jugar? ¡si quisiera!.
¿Y por qué está sin zapatos?.

Mira: ¡la mano le abrasa,
Y tiene los pies tan fríos!
¡Oh, toma, toma los mios:
Yo tengo mas en mi casa!.

No se bien, señora hermosa,
Lo que sucedió después:
¡Le vi a mi hija en los pies
Los zapaticos de rosa!.

Se vio sacar los pañuelos
A una rusa y a una inglesa;
Y el aya de la francesa
Se quitó los espejuelos.

Abrió la madre los brazos:
Se echó a Pilar en su pecho,
Y sacó el traje desecho,
Sin adornos y sin lazos.

Todo lo quiere saber
De la enferma la señora:
¡No quiere saber que llora
De pobreza una mujer!.

_¡Si, Pilar, daselo! ¡y eso
También! ¡tu manta! ¡tu anillo!
Y ella le dio su bolsillo
Le dio el clavel, le dio un beso.

Vuelven calladas de noche
A su casa del Jardín:
Y Pilar va en el cojín
De la derecha del coche.

Y dice una mariposa
Que vio desde su rosal
Guardados en un cristal
Los zapaticos de Rosa.

A todos los niños que lean La Edad de Oro.
José Martí, la escribió para todos los niños y las niñas, por supuesto.

El niño ha de trabajar, de andar, de estudiar, de ser fuerte, de ser hermoso: el niño puede hacerse hermoso aunque sea feo; un niño bueno, inteligente y aseado es siempre hermoso. Pero nunca es un niño más bello que cuando trae en sus manecitas de hombre fuerte una flor para su amiga, o cuando lleva del brazo a su hermana, para que nadie se la ofenda...

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