Seré pronto una viejecita
de blancos cabellos, toda arrugadita.
Mis manos cansadas serán margaritas
sin pétalos, lacias, débiles, marchitas.
Y en mis sueños cándidos seré vieja-niña
y en mi mecedora cerraré los ojos
viviendo de nuevo lejanos amores
que sólo llenaron mi senda de abrojos.
Y la viejita de la mecedora
llorará callada con lágrimas frías
y en una mañana oscura y sombría
sin una palabra quedará dormida,
por siempre callada, por siempre tranquila.
Clara Guevara de Cardenas. Bayamesa.
13 de Sept 1912 - 27 de Oct 2004
sábado, 1 de agosto de 2009
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1 comentario:
Saber que mi mama esta en Bayamo, Cuba, esperando por mi en su mecedora. Este poema me la recuerda mucho a ella, hasta me puso triste, muy triste.
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