martes, 30 de junio de 2009


Bayamo: una ciudad que hechiza


Por María Valerino San Pedro
Foto Ismael González
Publicado:19 de febrero de 2007

Bayamo tiene el don de atrapar. Resulta una ciudad del oriente cubano, que envuelve con su encanto y deja en la mente un bello recuerdo de higiene, hospitalidad, sencillez y laboriosidad.

Quizás la recomendación venga de muy cerca, porque parte de alguien que echó raíces aquí desde hace cuatro décadas y no se siente mejor en ningún otro sitio.

A Bayamo lo identifica su gente, sus calles angostas y coloniales, la Plaza de la Revolución donde se escribió y por vez primera se entonaron las notas del Himno Nacional cubano, el otrora caudaloso río, la Ventana de Luz Vázquez y los coches, pero hoy, también sobresale por el Paseo, el Museo de Cera, la Plaza de la Patria y una Gastronomía distinguida por el buen gusto, el confort y un servicio en busca de una excelencia aún algo distante.

En cualquiera de las obras del Paseo, o en La Vega del Río, las escuelas de arte, Los Camilitos o la Circunvalante sur, pudiera detenerme para entrar en detalles, pero prefiero hacerlo en una que ya también es insigne de Granma: el Centro Recreativo Cultural Los Beatles.

Perteneciente a la Empresa provincial de Servicios Especiales esta instalación, me atrevería a asegurar que única del país con esas características, constituye una joya de la cultura y los servicios, donde no solo quienes excedemos los 40, sino también los jóvenes que les guste, pueden escuchar (a un tono mesurado) buena música, preferentemente de la denominada Década prodigiosa.

Los Beatles “en persona” lo reciben, dándole la bienvenida y lo despiden con la implícita solicitud de un pronto regreso.

Allí, además, se logra un familiar y agradable intercambio con el grupo musical Cubayam y el locutor José Rodríguez, que propicia incluso las “descargas” de los presentes, si así lo desean. Tal empatía público-artistas, se extiende hasta los vecinos, quienes desde sus azoteas son partícipes directos del “show”.

La agilidad, prestancia y profesionalidad de sus jóvenes trabajadores acopla perfectamente con el original entorno, donde no es discordante ninguno de los detalles.
Lo que para algunos es una gran deficiencia, para una mayoría es la mejor de las ideas: como bebidas, cocteles, licores y refrescos, pues como su nombre lo indica es un Centro Cultural y no un bar o cabaret.

Son igualmente muy gustadas las proyecciones de vídeos.

Así es Bayamo, una ciudad que con su peculiar donaire te hechiza.

Traido desde el periodico La Demajagua Digital. Periodico de Bayamo.

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